Sólo quería decir "hola" ¿cómo estás? Si el pasado no hubiese pasado, ¿seríamos los mejores de los amigos? O es que influye en demasía está incapacidad mía de no dejar las tragedias melodramáticas y pasar a los comerciales. I will always be a work in progress.
Es una cualidad poco atractiva en una mujer. Y no es que cambie de color cada dos segundos, pero sí el slogan jamás se estabiliza.
Siempre me he preguntado, qué habría pasado si aquélla vez te hubieses armado de valor para timbrar. O si yo no hubiese decidido desconectarme del mundo por la única razón de que el mundo no me buscaría a mí ese domingo en particular. ¿Habría diferencia alguna? ¿Seguirías con vida?
La verdad creo que mis cuestionamientos han pasado de moda. Ya hace tanto que cambió la temporada, y que la trama ha avanzado mientras que yo ansío las repeticiones por la televisión abierta. Pese a esto, no se si ansío la sindicalización del programa por los episodios anteriores, porque aún vivías en ese marco espacio temporal o porque añoro justamente aquello que ya no puedo tener: independencia.
Y fíjate qué contrariedad. Fue mío hasta que decidí lo contrario, y en cierta manera fue porque jamás lo creí mío. Por eso pregunto lo de la flor. ¿Habría hecho diferencia alguna? Será que tu muerte haya podido aplazarse algunos meses más, me aventuraría a decir años pero la temporalidad eventual siempre es incierta y nunca es bueno conferirle a algo más tiempo que lo básico, y que de ahí crezca y aumente el rango de ser necesario.
Divago. En realidad, tiendo a hacerlo mucho en estos días. No quiero que se malinterpreten mis silencios ni mis palabras. Has muerto. Entiendo eso. Si regreso al punto es que de alguna manera jamás se cerró el ciclo. Creí haberlo hecho con esa audaz movida, en la explanada desierta, con el sol ardiendo y las caras cansadas. Creí haber superado tu muerte. Antes visitaba cementerios con frecuencia, nostalgia también, pero siempre era con un aire especial como de alivio porque ya no se encontraban "sufriendo". De alguna manera la muerte llega porque ya es hora de partir, y eso puedo aceptarlo.
El problema que yo tengo, y que el vecino del perrito chillón, la comadre de la lavandería, el marihuano de la esquina roja, hasta los niños rebeldes rayaparedes, me han dicho que tomo este asunto con extrema importancia. Importancia que no debe dársele a alguien que ya falleció, por el simple hecho de que ya no están y que no van a regresar.
[ Eso de los fantasmas o apariciones como que no cuadran aquí. Se necesita algo tangible y en mi caso, en nuestro caso, creo que eso jamás será ]
¿No sientes los impulsos eléctricos, el incremento de las conexiones neuronales en mi cerebro, en mi cuerpo, al momento que coloco las rosas en tu tumba? ¿Cuando sonrío y saludo tímidamente a tu nombre en el concreto? ¿Cuándo me quedo a medio abrazo porque recuerdo que una tumba es para dejarla estar y no comenzar a cavar un pozo más hondo? ¿Sentirás ese hormigueo que pasa por mi brazo derecho y se desprende de mí cuando estoy frente a la dichosa tumba? ¿Alguna vez habrás sentido algo? Igual y sí. La verdad lo ignoro. A mi me pasó algo tan raro con ese suceso tan rápido de pitufos y princesas, que todavía no sé de qué quiero disfrazarme este Halloween.
Vuelvo a debrayar. ¿Qué espero de esta carta (si es que a este conjunto de líneas pueda llamarse carta), de hilar pensamientos aislados que para ti o para quien sea tendrán un valor nulo? Las letras se escapan de mis pensamientos y en serio, te confieso, me siento perdida. Cree cuando te digo que acepto que estás muerto y no busco andar levantando cadáveres con magia negra o contactándolos en el más allá. Lo que pasa es que me gustaría explorar la naturaleza de esas sensaciones tan bizarras, que imagino te habré comentado alguna vez mientras vivías. Si se pudiera formular un estudio para desenmascarar las fuerzas detrás de cada emoción, si pudiera falsear la tesis de que tal química fue o es producto involuntario de una fuerza gravitacional que atrae a dos polos como a dos magnetos de carga opuesta y que en realidad se trata de una disfunción eléctrica (fundí el fusible, o qué sé yo).
Qué práctico sería contar con un medidor especial. Uno que pudiera marcar qué va pasando a cada minuto, a cada segundo, a cada milésima. Pero luego, da igual, qué aburrido saber todo a cada minuto, a cada segundo, a cada milésima.
Quizás nunca conozca la verdad. Quizás nunca me atreva a conocerla. Eso de las cartas, la ouija o los famosos granos de café como que no se me dan. Y si llegara a suceder, caso muy raro, extremadamente improbable, que el aviso de tu muerte me haya llegado por equivocación y que aún sigues vagando en este mundo, de cualquier manera no creo que pudiera atreverme a contactarte. Soy un trabajo en construcción y pretendo seguir así. Las obras de arte algunas veces están terminadas en corto tiempo, otras tardan más. Yo te puedo asegurar que jamás pisaré el piso de un museo o me colgarán en galerías.
Hasta pronto (recuerdo que nunca fuiste muy fan del adiós)
-Susana SJ
1 comentario:
susana relájate!! haha
Publicar un comentario